La terapia familiar sistémica nace del enfoque sistémico y considera que los comportamientos humanos son el producto de complejas interacciones que los individuos mantienen dentro de un grupo, es decir, un sistema. Pueden existir diversos sistemas e interacciones pero el más influyente siempre es el que está conformado por las familias nucleares y extensas de una persona.
Incluso, algunos psicólogos como Murray Bowen, consideraron que la única manera de entender el comportamiento humano es conociendo las características de las relaciones que los miembros de la familia extensa de un individuo han establecido en generaciones anteriores.
Este enfoque mantiene una perspectiva holística e integradora: lo importante son las relaciones que una persona mantiene y los componentes que surgen a partir de éstas.